Telerradiología

Eliminando las barreras: una mirada desde la telerradiología

En general todas las actividades humanas tienen actualmente la posibilidad de realizarse a distancia, y para la medicina es una forma de trabajo que cada vez gana más fuerza, especialmente en tiempos de pandemia. Sin embargo, existe algo que caracteriza a la radiología que hace del trabajo remoto no solo una alternativa, sino en la posibilidad de convertirse en el nuevo estándar.

La radiología es la especialidad médica encargada del uso de imágenes para diagnóstico o intervención de enfermedades, dentro de ellas contamos con la radiografía, la ecografía, la tomografía y la resonancia magnética como las principales herramientas. Normalmente estos especialistas tienen sus estaciones de trabajo en clínicas u hospitales, cerca de los equipos en los que se adquieren las imágenes. ¿Pero qué pasaría si un radiólogo no dependiera de esa cercanía geográfica para interpretar estos estudios?  Analicemos el flujo de trabajo que realiza y cómo podría realizarse a distancia:

  • El paciente que requiere una imagen diagnóstica ingresa a las instalaciones del centro de salud y se ingresa en la recepción. Aquí se utiliza un sistema denominado RIS (Radiology Information System), en el cual se genera un identificador único para el paciente.
  • Posteriormente este paciente es llamado para la toma de las imágenes, por lo general esto lo realizan tecnólogos en radiología, aunque en algunos países, los radiólogos son los encargados de la toma de las ecografías. 
  • Las imágenes obtenidas son transferidas a un sistema de almacenamiento y posproceso denominado PACS (Picture Archiving and Communication System). Tanto para el RIS como el PACS existen múltiples casas comerciales y licencias en el mercado.
  • Los grupos de radiólogos acceden a las imágenes de los pacientes, las analizan y emiten un informe escrito, este informe se almacena en ambos sistemas y queda disponible para ser visualizado por el paciente y por el médico tratante, por correo electrónico o de forma impresa.

Al analizar este flujo de trabajo el último paso no requiere que el radiólogo se encuentre presencialmente en el centro de salud, inclusive, estas imágenes pueden ser enviadas a un PACS por internet y recibidas por un radiólogo a kilómetros de distancia. Es decir, rompemos la barrera geográfica de acceso al servicio de salud. El paciente puede ubicarse en sitios de difícil acceso o con recursos limitados, y aún así puede contar con un diagnóstico preciso realizado por un especialista. En el sitio siempre se debe contar con la conexión a internet, los equipos de adquisición de las imágenes y el tecnólogo capacitado para su uso.

Garantizar el derecho a la salud a través de la telerradiología llevando a poblaciones vulnerables, indigenas, migrantes, las ayudas necesarias para asegurar un diagnóstico y un tratamiento oportuno, mejora la calidad de vida de las personas, y por ende aumenta la competitividad del país en un marco global.

Este cambio no solo es un eliminador de barreras, sino implica que los médicos generales y los demás profesionales de la salud ya no necesitarán esperas prolongadas para confirmar sus diagnósticos, el paciente tendría que realizar desplazamientos mínimos, y así se optimiza no solo el derecho a la salud, disminuyendo costos y tiempos de espera, sino es un generador de equidad, tan solo a un clic de distancia. 

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América Latina es consciente del reto que implica la telerradiología, y en todos sus países hay ejemplos de empresas privadas que han empezado a implementar estos sistemas. Las recientes reformas a la salud realizadas en México y Colombia dan respaldo público a estas iniciativas, pero aún falta mucho, imaginemos qué pasaría si todas las regiones remotas de nuestro continente tuvieran acceso a este servicio. El impacto en salud para la población indígena, migrante y en general en situaciones de vulnerabilidad es incalculable.

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