Con el fin de enfrentar al COVID-19, en el 2020 la mayor parte de los sectores de la sociedad se tuvieron que transformar no solo para poder seguir operando ante una nueva normalidad desconocida por todos, sino para poder mitigar los niveles de contagio. Luego de un año de pandemia se pueden empezar a escribir los aprendizajes y algo de historia. Sin duda, las mujeres que vivieron o están viviendo su embarazo en esta época no imaginaron lo diferente que sería dar a a luz en medio de una pandemia, que no se veía hace 100 años.
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Telemedicina para mujeres embarazadas durante COVID-19
Las gestantes y los neonatos son población con prioridad de protección en varios países de Latinoamérica, por lo que disponer de una red de atención integral era fundamental para atender dicha población durante la pandemia. Dicho modelo de atención integral debe tener un componente de telemedicina que facilite las consultas entre las gestantes y los especialistas, precisamente esta área del modelo integral de salud para gestantes y neonatos debe velar por:
- Teleconsulta perinatal: Al menos con cadencia mensual y debe ser aprovechada para monitorear el estado de la gestante. Si bien no es la oportunidad de hacer ecografía o toma de signos vitales, es un momento adecuado para comprender cómo se ha sentido la embarazada con el paso de los meses. Estas teleconsultas antes del parto tienen el beneficio de solo hacer salir a la gestante cuando tenga que hacerse un exámen en un centro médico, promoviendo el cuidado en casa, optimizando el tiempo del especialista y descongestionando los servicios médicos.
Estas teleconsultas deben ser una oportunidad para educar a las gestantes sobre buenos hábitos durante el embarazo – alimenticios, de descanso, de ejercicio, etc. Se debe hacer un profundo énfasis en identificar los signos de alarma antes de acudir a un servicio de emergencia y se debe brindar la información necesaria de qué hacer ante determinadas situaciones que se pueden manejar en casa. - Teleconsulta de Salud Mental: Un estudio publicado por Psychiatry Review identificó que las tasas de ansiedad, depresión y los síntomas de estrés post traumático aumentaron debido a la incertidumbre generada por el COVID-19. Asimismo, y de acuerdo a la Sociedad Marcé Española “La transición hacia la maternidad es un proceso altamente complejo en el que tanto el cuerpo como la mente de la mujer deben afrontar retos y situaciones totalmente desconocidas e inciertas. Con la declaración de la pandemia por COVID-19 está transición puede haberse visto afectada por tener que lidiar con un factor totalmente novedoso e impredecible que, a su modo, también impacta en cómo las mujeres experimentan la maternidad en tiempos de pandemia.”
De esta manera, el modelo de atención integral mediado por la telemedicina debe contemplar teleconsultas periódicas con profesionales de la salud mental, que puedan monitorear signos de alarma y puedan de esta manera actuar y prevenir posibles trastornos.
- Teleconsulta de nutrición y valoración deportiva: La sana alimentación y la actividad física (incluso en casa) tienen muchos beneficios para la salud de la gestante y su neonato. Atender a las mujeres en embarazo y compartir información sobre buenos hábitos alimenticios de acuerdo a su embarazo y algunas rutinas de ejercicio físico servirán para un embarazo más tranquilo y saludable.
- Teleconsulta postparto: Luego del nacimiento es necesario que especialistas de obstetricia y pediatría tengan dentro de su proceder un esquema de atención en que además de validar el estado de salud de la mujer y del bebé, proporcionen las herramientas necesarias sobre lactancia, limpieza perineal, bienestar fetal, planificación post parto, etc. Asimismo, deben disponer de canales de comunicación para que las mamás puedan comunicarse en caso de tener preguntas o preocupaciones.
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Dichos modelos buscan cubrir una atención holística y atender, en la medida de lo posible, a las gestantes durante la pandemia del Covid-19. Si bien hay laboratorios y exámenes especializados que deben ser tomados en centros médicos, estos modelos ahorran el tiempo de desplazamiento, congestionan los servicios médicos, priorizan la atención cuando realmente es urgente y lo más importante, por ahora, mitigan el riesgo de contagio.