Si hay un sector que ha salido realmente golpeado de la crisis desatada por el coronavirus es el turístico y hotelero. Según la Organización Mundial de Turismo en abril de 2020 el sector cayó en un 97% en todo el mundo y se estima que al final de año caiga entre un 60% y 80% poniendo en peligro entre 100 y 120 millones de empleos.
Ahora bien, a la fecha de publicación de esta nota hay lugares en el mundo que ya se están abriendo bajo estrictos protocolos de bioseguridad, en el caso de Las Américas este panorama aún se ve lejano. Sin embargo, República Dominicana es la excepción.
Este país del Caribe no está en la lista de los que mejor han gestionado la crisis y sin embargo ha sido el primero en abrir sus cielos para recibir turistas ¿cómo lo han hecho? Pues bien, dentro de las medidas está: solo puede operar el 30% de la capacidad hotelera, distanciamiento social obligatorio en las playas, uso de piscinas por turnos y con frecuentes limpiezas profundas, uso de mascarilla a conveniencia dependiendo del mismo aislamiento social, entre otras.
Igualmente, han tenido que establecer protocolos para: transporte turístico, procesos de check-in, manejo de equipajes, housekeeping, y uso de espacios comunes.
El papel de la telemedicina en la activación del turismo
Según estimaciones el sector del turismo no se activará dinámicamente hasta que haya una vacuna contra el covid-19 o un tratamiento efectivo. Y esto se refuerza con encuestas que dicen que al menos en el plano internacional las personas no se sentirían del todo cómodas por lo menos en el siguiente año (al menos mitad de 2021). Con este panorama tan preocupante para uno de los sectores más dinámicos, hay que considerar otros factores, como los que está poniendo en marcha el país caribeño.
Uno de los aspectos que los turistas van a empezar a considerar de una manera más consciente es la cobertura sanitaria y las opciones del cuidado de la salud que tendrán disponibles en su destino. Por ejemplo, en Punta Cana, República Dominicana, el hospital IMG ha diseñado un sistema de telemedicina que cuenta con una certificación del Ministerio de Salud y que pretende atender a pacientes ya sea desde su casa, en el caso de los residentes, o desde el hotel en el caso de los turistas. Algo clave aquí es informar y comunicar a los potenciales turistas que tienen opciones y respaldo en el destino. Si bien será fundamental tener cobertura en salud, la telemedicina nace como una opción segura, de fácil acceso y con resultados inmediatos.
“El reto para el turismo después de la pandemia será promover la sostenibilidad y el cuidado de la naturaleza de manera responsable”.
Claramente, el problema de raíz que es la contención del virus no se resuelve y de hecho activar el turismo sigue siendo un riesgo. Pero los países que vayan estableciendo mejores protocolos y que cubran todos los frentes tendrán una ventaja.
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De los otros servicios de la telemedicina que van a ayudar a que se active el turismo serán: el telemonitoreo, en el sentido de que una persona con una condición determinada podrá viajar de manera más tranquila y segura si puede tener ayuda de su médico tratante en caso de alguna alerta, la historia clínica electrónica que cada vez más es una necesidad para gestionar la información del paciente sin importar dónde esté.
Finalmente, las aplicaciones de salud digital tendrán un papel fundamental, pues permitirán hacer seguimiento y control de exposición y contacto, y los viajeros podrán estar informados sobre la situación en el destino en el que se encuentren. Si bien sí habrá cambios y como humanidad nos tendremos que adaptar, un punto obligatorio es la información. La telemedicina ofrece muchas posibilidades y realmente puede ayudar a mitigar el impacto de una crisis como la actual pero se necesita que las personas estén informadas y preparadas para saber cómo, cuándo y a dónde acudir cuando lo necesiten.
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